(Villafranca de Oria, hoy Ordizia, Guipúzcoa, 1508 – México, 1568) Marino, cosmógrafo y eclesiástico español. Recibió una cuidada formación, sobre todo en los autores clásicos y en Filosofía, y empezó la carrera militar muy joven. Se distinguió como soldado en varias campañas europeas; pero su fama le llegó más tarde, por sus hallazgos en las aguas del océano Pacífico, que completaron los derivados del descubrimiento de América y lo colocan entre los más sobresalientes navegantes y exploradores españoles del siglo XVI
Su primer viaje fue con la flota de la expedición que fray García Jofre de Loaysa, comendador de la Orden de Santiago, organizó hacia las llamadas islas de las Especierías. En 1524 partieron los siete barcos del puerto de La Coruña, donde se había creado una Casa de la Especiería. El piloto mayor de esta expedición y segundo de la misma era Juan Sebastián Elcano.
El viaje, que fue un desastre, se convirtió en un enfrentamiento casi constante contra el hambre, el escorbuto y también contra los portugueses establecidos en las islas de las especias, situadas en el archipiélago malayo. Mención especial merece la labor de Urdaneta en los combates que tuvieron lugar en las islas de Tidore, donde los portugueses capturaron la única de las siete naves de la expedición que llegó hasta allí.
Tras años de prisión en manos portuguesas, los españoles fueron liberados por un acuerdo firmado en 1527 entre España y Portugal, el llamado tratado de Zaragoza, por el que se concedía a los españoles el derecho de permanencia en las islas de las Especierías a cambio de una compensación económica. Así, los restos de esta expedición y de la comandada por Hernán Cortés que, al mando de Álvaro de Saavedra, había ido a México en 1527 para recabar noticias, volvieron desde las Molucas a España en 1536 en un solo barco, completando la segunda vuelta al mundo. Aunque Loaysa y Elcano murieron durante esta expedición, Urdaneta reunió una importante cantidad de información geográfica e histórica, que luego le fue quitada por los portugueses en la ciudad de Lisboa.
Tras algún tiempo en la Península, Urdaneta se trasladó en 1538 a México. Allí recibió varios cargos oficiales, como el de corregidor de la mitad de los pueblos de la zona de Avalos y el de visitador de las localidades de Zapotán y Puerto de Navidad. Varios años después, en 1553, Urdaneta ingresó como fraile en la Orden de los Agustinos, tras lo cual ingresó en una fundación mexicana y se retiró del mundo.
Bajo el reinado de Felipe II se reavivó el interés por la expansión por el océano Pacífico, especialmente por las islas Filipinas, bautizadas así años antes en honor del monarca. Luis de Velasco, virrey de la Nueva España, informó al monarca de que Andrés de Urdaneta vivía retirado en un convento. El rey escribió una carta al Virrey en la que ordenaba que se construyeran nuevas naves para proseguir con los descubrimientos. Escribió también a Urdaneta para pedirle que, como servicio a la monarquía y debido a su experiencia, se pusiese al mando de una nueva expedición.
Urdaneta, pese a su avanzada edad y delicado estado de salud aceptó, aunque no como rector y capitán general, sino en cargo de asesor. Para comandar la misma, Urdaneta propuso -propuesta que fue aceptada-, el nombre de Miguel López de Legazpi, quien fue escribano y alcalde ordinario de la ciudad de México. Sin embargo, la muerte del virrey Velasco retrasó la expedición durante cinco años. Finalmente, se reunió una flota de cinco barcos: dos naos, la “San Pedro” y la “Almiranta”, los pataches “San Juan” y “San Lucas” y un bergantín; en total, fueron ciento cincuenta hombres los que se hicieron a la mar, doscientos hombres de armas y cinco frailes agustinos.
El día 21 de noviembre de 1564, la expedición puso rumbo hacia las Filipinas. A estas islas, tras ser descubiertas por Fernando de Magallanes (que murió en ellas) durante su viaje de vuelta al mundo, había llegado una expedición de trescientos setenta hombres el 2 de febrero de 1543, mandada por Ruy López de Villalobos. Esta expedición, que había partido desde México, bautizó como Filipinas la actual isla de Leyte; sin embargo, no pudieron encontrar la vía de vuelta hacia América.
La orden de dirigirse a las Filipinas en la expedición de Legazpi venía escrita en las instrucciones de la Audiencia, que se abrieron ya empezado el viaje, si bien Urdaneta había aconsejado emprender ruta en dirección Nueva Guinea. A la altura del eje ecuatorial, el patache “San Lucas” se adelantó al resto de las embarcaciones, momento en el que descubrió algunas de las actuales islas del archipiélago de las Marshall y de las Carolinas. Esta embarcación llegó a Mindanao (Filipinas) antes que Legazpi, cargó especias y retornó a México.
El día 13 de febrero de 1565, el resto de la expedición llegó a la isla.