Acrocordones: qué son y cómo eliminarlos de forma segura
Los acrocordones, conocidos también como fibromas blandos o papilomas cutáneos, son pequeñas protuberancias que aparecen sobre la piel y tienen un aspecto blando, delgado y pediculado (como un pequeño tallo). Generalmente, no duelen ni causan molestias, pero pueden irritarse por el roce de la ropa o los accesorios. Aunque se trata de una lesión benigna y muy común, es importante conocer sus causas, los métodos para eliminarlos y las precauciones que debemos tener para cuidar la piel correctamente.
Causas y factores que favorecen su aparición
Los acrocordones se desarrollan cuando las células de la epidermis y el colágeno se agrupan en exceso, formando una pequeña elevación de la piel. Existen varios factores que pueden influir en su aparición. Entre los más frecuentes se encuentran la predisposición genética, el sobrepeso, la diabetes tipo 2, los cambios hormonales (como los que se producen durante el embarazo o la menopausia) y el envejecimiento cutáneo.
También son muy comunes en personas que utilizan ropa ajustada o que presentan fricción constante en determinadas zonas, como cuello, axilas, ingles o párpados. Esta fricción estimula la proliferación de células epidérmicas, favoreciendo la formación de los fibromas. Aunque no son contagiosos ni malignos, pueden aumentar en número con el tiempo si no se tratan.
Un punto importante es diferenciar los acrocordones de otras lesiones parecidas, como verrugas víricas o queratosis seborreicas, que requieren tratamientos distintos. Por eso, siempre se recomienda acudir a un dermatólogo especializado para un diagnóstico preciso antes de realizar cualquier procedimiento de eliminación.
Tratamientos médicos para eliminar los acrocordones
Los métodos más seguros y eficaces para eliminar acrocordones son mínimamente invasivos y deben realizarse en una clínica dermatológica. Los tratamientos más habituales incluyen:
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Crioterapia: consiste en aplicar nitrógeno líquido sobre la lesión, congelando el tejido hasta que se desprende de forma natural.
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Electrocauterización: utiliza una corriente eléctrica controlada para cauterizar el acrocordón y eliminarlo sin sangrado.
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Láser dermatológico (CO₂ o de plasma): destruye la lesión con precisión, dejando una piel lisa y con una recuperación rápida.
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Escisión quirúrgica: se emplea para acrocordones de mayor tamaño o situados en zonas delicadas, como los párpados.
Tras la eliminación, el dermatólogo puede recomendar cuidados regeneradores con cremas cicatrizantes o hidratantes para mejorar la recuperación y evitar marcas.
La Clínica Idermic, situada en Terrassa, cuenta con un equipo de especialistas en dermatología clínica y estética con amplia experiencia en la eliminación de acrocordones mediante diferentes técnicas. Su enfoque médico integral y su tecnología láser avanzada la convierten en un centro de referencia en tratamientos cutáneos seguros y personalizados como por ejemplo la utilización de la tecnología láser en el tratamiento de los hongos en las uñas u onicomicosis.

