La IA apuesta por VOX en la Junta de Andalucía
					Tras pedirle a varias IA (ChatGPT, Gemini, Comet y Grok) que hagan un análisis en profundidad de la evolución política en Andalucía y las últimas encuestas, en todos los casos se le pide que actúe como politólogo experto en encuestas y política andaluza. La respuesta unánime de la Inteligencia Artificial es que el VOX de Manuel Gavira entrará en el gobierno de la Junta de Andalucía. Estas han sido las respuestas.
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ChatGPT opina sobre las elecciones autonómicas en Andalucía
Todo apunta a que las elecciones autonómicas andaluzas previstas para mayo de 2026 se celebrarán en un contexto político marcado por una alta volatilidad y un desgaste sostenido del gobierno del Partido Popular. Aunque el presidente Juanma Moreno logró en 2022 una histórica mayoría absoluta, las señales que emiten las encuestas más recientes y el clima político regional y nacional permiten anticipar un escenario distinto, en el que el PP podría verse obligado a pactar con Vox si quiere conservar el poder.
A nivel internacional, el ascenso de fuerzas conservadoras y populistas, especialmente en Europa y América, ha reforzado un clima político proclive a las formaciones situadas a la derecha del espectro. Desde el retorno de discursos trumpistas en Estados Unidos hasta la consolidación de gobiernos ultraconservadores en Hungría, Italia o Países Bajos, el viento sopla a favor de los partidos que defienden posiciones más duras en seguridad, inmigración y crítica a las élites. En España, este fenómeno se traduce en un crecimiento sostenido de Vox, que si bien no ha alcanzado sus máximos históricos, sí ha conseguido estabilizar su base electoral y proyectar una imagen de continuidad. Las encuestas nacionales recientes confirman que el Partido Popular pierde parte del impulso que lo llevó a rozar la victoria en las generales de 2023, mientras que Vox mantiene una fidelidad estable de su electorado.
En Andalucía, la fotografía demoscópica no es muy diferente. Los últimos estudios publicados muestran a un PP-A que sigue siendo la primera fuerza política, pero con una ventaja mucho más estrecha que la obtenida en los comicios de 2022. Las estimaciones más actualizadas le otorgan entre 54 y 56 escaños, justo en el umbral de la mayoría absoluta, que se sitúa en 55. Esa delgada línea que separa la mayoría absoluta de la necesidad de pactos se convierte en un factor crítico cuando se analizan las dinámicas de desgaste a las que está expuesto el Ejecutivo andaluz. Vox, por su parte, mejora discretamente sus expectativas electorales y podría situarse entre los 16 y 18 escaños, creciendo en paralelo al leve retroceso del PP y consolidándose como un actor imprescindible en cualquier escenario de gobernabilidad si el bloque de derechas quiere mantener el poder.
Uno de los elementos más relevantes para entender este posible cambio de ciclo es el conocido efecto de arrastre o “bandwagon”. En contextos donde las encuestas comienzan a reflejar una pérdida de impulso del partido dominante, los votantes tienden a reposicionarse estratégicamente en función de quién creen que tendrá más poder o posibilidades reales de influir. En este sentido, si se consolida la percepción de que el PP no alcanzará la mayoría absoluta, parte del electorado más conservador podría optar por reforzar a Vox como instrumento de presión y equilibrio en un futuro gobierno. Esta lógica de voto útil dentro del bloque ideológico puede ser determinante para definir los resultados finales.
A todo esto se suma un factor inesperado pero potencialmente devastador para la imagen del actual gobierno andaluz: el escándalo de los retrasos y errores en los programas de cribado de cáncer de mama. El conocido como “caso de las mamografías” ha generado una ola de críticas desde sectores profesionales, asociaciones de pacientes y medios de comunicación, dañando especialmente la confianza de votantes clave como las mujeres de mediana edad, tradicionalmente sensibles a la gestión sanitaria. Aunque por ahora no se han medido con precisión los efectos electorales del escándalo, es evidente que este episodio puede erosionar aún más el apoyo al PP si no se gestiona con contundencia en los próximos meses.
Con todos estos elementos sobre la mesa, el escenario más probable es que el Partido Popular de Andalucía no logre revalidar en solitario su mayoría absoluta. La conjunción de una ligera caída en intención de voto, el ascenso de Vox, el desgaste derivado de su gestión y el impacto de crisis como la sanitaria, configuran un horizonte en el que la continuidad de Juanma Moreno en San Telmo dependerá de una alianza explícita o implícita con la formación de Santiago Abascal. A fecha de hoy, la probabilidad cualitativa de que el PP necesite a Vox para gobernar se puede calificar como alta.
El próximo año y medio será clave para confirmar si esta tendencia se consolida o si el PP logra revertirla. Pero si nada cambia sustancialmente, Andalucía volverá a convertirse en un laboratorio político donde se pondrá a prueba no solo el peso de las mayorías absolutas, sino también la capacidad de convivir con un socio incómodo, pero cada vez más necesario.
Gemini de Google apuesta por VOX
Esta ha sido la respuesta de Gemini a la pregunta sobre las posibilidades de que VOX gobierne en la Junta de Andalucía.
Es complejo establecer una probabilidad exacta sobre el escenario electoral futuro en Andalucía, pero un análisis de las tendencias globales, nacionales y autonómicas recientes sugiere que, aunque el Partido Popular (PP) liderado por Juanma Moreno parte con una ventaja sólida, la posibilidad de que pierda la mayoría absoluta y requiera de una coalición con VOX, se está incrementando, especialmente a medida que la próxima cita con las urnas se acerca. La consolidación de las mayorías absolutas, aunque frecuente en los últimos años en diversas regiones de España, se ve constantemente desafiada por la fragmentación política, una tendencia global que también afecta a Europa y, en menor medida, a América, donde la polarización mantiene fuertes a los polos opuestos.
En el contexto específico de Andalucía, las últimas encuestas del Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) y otros barómetros, aunque generalmente continúan otorgando al PP una estimación de voto alta, han mostrado una ligera erosión de su mayoría absoluta o, al menos, la sitúan en el límite inferior de la horquilla de escaños. Este sutil descenso, aun con un PSOE andaluz que no logra recuperar el terreno perdido, abre la puerta al crecimiento de VOX y las formaciones a la izquierda del PSOE, como Sumar o Adelante Andalucía. Es aquí donde el conocido «efecto de arrastre» o Bandwagon podría jugar un papel de doble filo: si la percepción de que el PP es invencible y que las mayorías absolutas son la norma se mantiene fuerte, el efecto de arrastre podría seguir beneficiando a Moreno Bonilla, atrayendo voto útil de derechas que teme un resurgimiento de la izquierda. Sin embargo, si se consolida la idea de que el PP ha entrado en una fase de desgaste y su victoria cómoda no está garantizada, el mismo efecto podría activarse a favor de otras formaciones que se perciban en crecimiento, como VOX en la derecha o la atomizada izquierda, robándole escaños al PP que le serían vitales para la mayoría absoluta.
Un factor clave que puede prolongar el desgaste y alterar la percepción de invencibilidad del PP es el denominado «caso mamografías» y el malestar generalizado en la sanidad pública andaluza. Aunque los efectos electorales de las crisis de gestión suelen tardar en manifestarse y dependen de la efectividad de la respuesta gubernamental, este incidente, al tocar una fibra sensible de la gestión de los servicios públicos y la salud de las mujeres, tiene el potencial de ser un factor persistente de erosión. El caso no solo afecta a la Consejería directamente implicada sino que, al ser percibido como un síntoma de un deterioro general de la sanidad, se convierte en un talón de Aquiles que la oposición utilizará de manera constante.
Considerando la tendencia de crecimiento de las fuerzas de derecha radical en Europa, que VOX refleja en España y Andalucía con una consolidación como tercera fuerza, y el potencial de desgaste del caso mamografías, la probabilidad de que el PP de Juanma Moreno pierda los pocos escaños que le otorgan la mayoría absoluta se vuelve notable. Así, un escenario donde el PP gane las elecciones, pero se quede a escasos uno o dos escaños de la mayoría absoluta, viéndose obligado a negociar un acuerdo de gobierno con VOX, se estima como un resultado plausible y con una probabilidad significativamente superior a cero, rompiendo la excepcionalidad de la mayoría en la comunidad. La clave residirá en la capacidad del PP para revertir la percepción de desgaste y mantener activo el efecto arrastre, frente a la habilidad de la oposición para capitalizar el malestar, especialmente en temas sociales y sanitarios.
Comet de Perplexity considera la coalición como el escenario más plausible
La probabilidad de que el Partido Popular de Andalucía (PP-A) no consiga revalidar la mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas ha crecido de manera significativa en los últimos meses, según las tendencias detectadas por las principales encuestas recientes y el análisis de la coyuntura política actual. Aunque el PP-A sigue liderando la intención de voto con alrededor del 41-43% y una ventaja considerable sobre el PSOE-A —que mantiene un resultado históricamente bajo y estancado, en torno al 23-26%—, los últimos barómetros publicados por instituciones como Centra y SocioMétrica advierten que la formación de Juanma Moreno se sitúa al filo de la mayoría absoluta, fijada en 55 escaños, con estimaciones que la dejan justo en ese límite o incluso un escaño por debajo. europapress
Esta situación se ve reforzada por el llamado «efecto bandwagon»: cuando una tendencia de movilización o desgaste se consolida en el tiempo, suele acelerarse en los meses previos a la elección, arrastrando indecisos o provocando desmovilización entre los votantes menos fieles. En esa línea, se observa también un modesto pero consistente crecimiento de VOX, que se sitúa en torno al 15% de los votos y una posible subida de escaños, mientras que las formaciones situadas a la izquierda del PSOE experimentan leves mejorías, lo que fragmentaría aún más la alternativa al bloque de derechas. La tendencia nacional, donde el PP experimenta cierto desgaste y VOX sube desde hace varios meses, refuerza la posibilidad de que el presidente Moreno pueda necesitar el apoyo de los de Abascal para formar gobierno en Andalucía. democrata
El caso de las mamografías —el escándalo sobre los errores graves en el cribado del cáncer de mama, que ha afectado a unas 2.000 mujeres y desencadenado dimisiones, protestas y una investigación judicial— está suponiendo el desgaste político más serio del mandato de Moreno. Si este caso sigue creciendo o derivando en nuevas revelaciones, puede convertirse en el principal catalizador de un descenso en el voto del PP, alimentando tanto la abstención como el voto útil a la oposición directa o a VOX. elnacional
En conclusión, aunque el PP-A parte como claro favorito para ganar las próximas elecciones autonómicas andaluzas, la probabilidad de que no alcance la mayoría absoluta y se vea obligado a negociar un gobierno de coalición con VOX ha aumentado considerablemente, y ya se sitúa como el escenario más plausible si persisten la tendencia al alza de VOX y la erosión causada por crisis como la de las mamografías. Tendencias estructurales globales, el desgaste de los gobiernos regionales tras mandatos prolongados, la fragmentación de la izquierda y el crecimiento de la derecha radical en el marco europeo y nacional refuerzan este diagnóstico de inestabilidad para el PP andaluz en 2026. elpais
Grok también apuesta por un gobierno PP-VOX
En el contexto de las tendencias políticas globales y regionales que marcan el panorama de 2025, el escenario para las próximas elecciones autonómicas en Andalucía, previstas para 2026 salvo adelanto, se presenta como un terreno inestable para el Partido Popular (PP), con una probabilidad moderada a alta de que no logre renovar su mayoría absoluta y se vea obligado a recurrir a un pacto de gobierno con Vox. A nivel mundial, el año se caracteriza por un notable giro hacia la derecha y la extrema derecha, impulsado por la polarización extrema en Estados Unidos bajo la segunda administración de Donald Trump, quien consolida un enfoque autoritario que prioriza la lealtad partidista sobre las instituciones democráticas, erosionando el Estado de derecho y exacerbando guerras culturales en temas como el clima y la inmigración. Esta dinámica estadounidense, con su énfasis en el proteccionismo geoeconómico y el militarismo para contrarrestar a rivales como China y Rusia, genera ondas expansivas en América Latina, donde el avance de gobiernos conservadores, como el de Daniel Noboa en Ecuador o la persistencia de figuras como Javier Milei en Argentina, refleja un rechazo a las izquierdas tradicionales y un auge de narrativas nacionalistas que priorizan la seguridad económica sobre la integración global. En este sentido, el efecto bandwagon, o de arrastre, se manifiesta con claridad: una vez que una tendencia derechista gana momentum, como ha ocurrido en recientes elecciones latinoamericanas, tiende a amplificarse mediante la percepción pública de inevitabilidad, atrayendo a votantes indecisos que se alinean con el «ganador aparente» para no quedar al margen.
En Europa, esta corriente global se acentúa con un desplazamiento conservador que consolida el poder de fuerzas ultras en países como Portugal, Rumanía y Polonia, donde las elecciones recientes han fortalecido coaliciones de derecha que priorizan el nativismo migratorio y la resistencia a políticas climáticas progresistas, como se ve en la Comisión Europea bajo Ursula von der Leyen, la más derechista en décadas, con un énfasis en el control de fronteras y el retraso de transiciones energéticas ante presiones lobistas. Esta polarización, que en países como Francia y Alemania genera bloqueos legislativos y gobiernos en minoría, se traduce en España en una fragmentación similar, donde el gobierno central de coalición liderado por el PSOE enfrenta una oposición cada vez más confrontacional del PP y Vox, con debates estériles sobre inmigración que alimentan discursos nativistas sin resolver la cohesión social. En Andalucía, esta tendencia europea y española se entreteje con dinámicas locales, donde el PP de Juanma Moreno ha disfrutado de una mayoría absoluta desde 2022, pero las encuestas más recientes, como el barómetro del Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) de septiembre de 2025, indican un desgaste significativo: el PP obtendría alrededor del 40,7% de los votos, traduciéndose en 54-56 escaños, justo al filo de la mayoría absoluta de 55 diputados, mientras Vox se mantiene en torno al 15,9% con 16-18 escaños, y el PSOE sube ligeramente al 23,3% con 26-29. Esta evolución refleja un estancamiento del PP frente a un leve repunte de la izquierda fragmentada, amplificado por el efecto bandwagon en un contexto donde la percepción de debilidad gubernamental puede acelerarse, especialmente si la oposición capitaliza narrativas de ineficacia.
Un factor clave de este desgaste es el escándalo de las mamografías, que ha sacudido la gestión sanitaria de la Junta de Andalucía bajo el PP, revelando fallos en el cribado de cáncer de mama que afectaron a más de 2.000 mujeres, muchas de las cuales no recibieron informes concluyentes debido a errores en el software y subcontrataciones a empresas privadas, lo que llevó a diagnósticos tardíos e incluso muertes evitables. Este caso, que provocó la dimisión de la consejera de Salud en octubre de 2025 y se ha extendido como un eco en otras regiones como la Comunidad Valenciana, representa un golpe directo a la imagen de eficiencia del gobierno de Moreno, especialmente entre el electorado femenino y de mediana edad, un segmento clave en Andalucía. Dado que la encuesta del CENTRA se cerró apenas días después del estallido del escándalo, su impacto completo no está reflejado, pero históricos precedentes sugieren que crisis sanitarias prolongadas, como esta, tienden a erosionar el apoyo en el tiempo, particularmente en un contexto de resistencia feminista europea que resalta retrocesos en derechos de género y salud. Si el bandwagon actúa en contra del PP, atrayendo a votantes desencantados hacia opciones como el PSOE o incluso abstencionistas, la probabilidad de que Moreno no alcance la absoluta aumenta, forzando un pacto con Vox, cuya estabilidad ideológica en temas como la inmigración y la economía proteccionista alinearía con las tendencias europeas, pero podría alienar a moderados andaluces preocupados por la radicalización.
En síntesis, aunque el PP mantiene una ventaja sustancial de 17 puntos sobre el PSOE en Andalucía, el cruce de tendencias derechistas globales con el desgaste local por el caso mamografías y la polarización española hace plausible un escenario donde la mayoría absoluta se escape por un margen estrecho, similar a lo visto en otras regiones europeas donde coaliciones de derecha han tenido que recurrir a socios ultras para gobernar. Este outcome no sería inevitable, ya que factores como una recuperación económica percibida o una gestión eficaz de la crisis podrían revertir el arrastre negativo, pero en el actual clima de 2025, con su énfasis en narrativas de seguridad y nacionalismo, la necesidad de un gobierno compartido con Vox aparece como una opción cada vez más realista para el PP andaluz.

