Calendario solar y lunar

Calendario solar y lunar

El calendario solar y el calendario lunar determinan las fechas de la Semana Santa.

El calendario solar y el calendario lunar ya eran conocidos por los hombres del neolítico como demuestran construcciones tan famosas de aquella época como Stonehenge que es un monumento megalítico que está orientado para ver la salida de sol en el solsticio de verano y la puesta de sol en el solsticio de invierno. Stonehenge forma parte de un conjunto que todavía depara sorpresas a los arqueólogos modernos que incluye pozos, fosos, muros, etc.

Está claro que hace 5.000 años o más los hombres ya conocían el calendario solar y concretamente los equinoccios aunque hay investigadores que sostienen que no lo descubrieron ellos sino que les fue transmitido el conocimiento de generaciones e incluso de especies anteriores como el Neandertal. 

Las religiones tienden a sustituir las festividades que celebraban antes de su implantación con nombres diferentes. No sabemos cómo celebraban los equinoccios nuestros antepasados, pero sabemos que los celebraban, al convertirlos al cristianismo se respetaron las fechas pero se cambió el nombre de los festejos para cristianizarlos. 

La fecha que celebraban nuestros antepasados era el renacimiento del día, a partir de la fecha del equinoccio de primavera, es decir cuando el día y la noche tienen exactamente la misma longitud a lo largo de todo el globo, esperaban a la siguiente luna llena y hacían la gran fiesta. 

Nosotros también: el domingo después de la primera luna llena que viene después del equinoccio de primavera es el que denominamos Domingo de Pascua. (Una observación: la Iglesia considera que el equinoccio siempre es el día 21 de marzo, aunque astronómicamente puede variar un día).

Así utilizamos un ancestral cálculo del calendario solar, el día que la eclíptica atraviesa el horizonte celestial y que el día y la noche tienen la misma duración, o equinoccio de primavera, y la coincidencia con el calendario lunar, es decir la primera luna llena después del equinoccio, para determinar la fecha de una de las festividades más sagradas del cristianismo. 

Por supuesto que el Lunes de Pascua que se celebra en muchos países, es el día siguiente al Domingo de Pascua, y el domingo anterior es el Domingo de Ramos en esta semana que va de Ramos a Pascua tenemos el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado de Gloria.

Otras festividades religiosas y paganas se cuentan a partir del Domingo de Pascua: Si descontamos 40 días laborables (los domingos no cuentan porque no era necesario hacer ayuno y abstinencia los domingos), estamos recorriendo la Cuaresma, y el día que se cumplen estos 40 días (de hecho son 46 contando los domingos) es el día que empieza la Cuaresma o Miércoles de Ceniza, donde a los cristianos se les hace una señal de la cruz en la frente con ceniza, al tiempo que el sacerdote pronuncia la jaculatoria Memento, homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris (recuerda hombre que estás hecho de barro y que en polvo te convertirás), el día antes es Martes de Carnaval fiesta que comienza, normalmente el sábado anterior. 

Dice la tradición popular que durante la Semana Santa (y particularmente el Viernes Santo) son las mejores fechas para cosechar el tomillo, no porque se le atribuyan poderes mágicos derivados de la santidad de la semana sino porque en esta época del año el tomillo está en plena floración y por consiguiente rebosante de sus poderosos aceites esenciales. 

El calendario solar para los musulmanes

En cuanto a los musulmanes: El comienzo del Ramadán varía cada año, puesto que se basa en el calendario lunar islámico, que es aproximadamente 11 días más corto que el calendario gregoriano. El Ramadán comienza cuando se ve la primera luna nueva después del mes de Sha’ban, el octavo mes del calendario lunar islámico. El Ramadán del año 2023 está previsto que empiece en torno al 22 de abril, pero la fecha exacta puede variar ligeramente dependiendo de cuando se vea la luna nueva. Las comunidades musulmanas en todo el mundo observan el comienzo del Ramadán en función de la visibilidad de la luna, lo que puede provocar una variación de un día o dos entre diferentes regiones. El Corán dice que cuando está tan oscuro que no se puede distinguir un hilo rojo de uno negro, hay que observar el cielo y si se ve la luna nueva comienza el Ramadán. Naturalmente intervienen factores subjetivos del observador y otros ambientales como la contaminación, si el cielo está nublado, porque no se trata de una fecha astronómica sino de la fecha en que pueden ver la luna nueva (el primer día de cuarto creciente). Nuestros vecinos musulmanes se rigen por la observación del Imam de Paris.

 


Autor: Redacción | Artículos

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